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El final del sueño europeo

Publicado: septiembre 18, 2012 en OPINIÓN

Germán Gorraiz LópezALAI, América Latina en Movimiento

Europa atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea (imprescindible para que pueda competir como potencia mundial) y el colapso económico que se está haciendo visible en los países periféricos y emergentes, previsiblemente acabará generando la desmembración de la actual Unión Europea y el retorno a escenarios ya olvidados de compartimentos estancos y proteccionismo económico.

Origen de la crisis:

Factores exógenos: La política suicida de las principales entidades bancarias mundiales en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo aparece como detonante de la crisis de las subprime de EEUU, seguida de la aparición de los activos tóxicos, un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras, lo que ha originado la desestabilización económica global y la entrada en recesión de las principales potencias económicas mundiales, dibujándose un escenario a cinco años en el que se podría regresar al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial y posterior finiquito a la globalización económica.

Factores endógenos:

Estallido de la burbuja inmobiliaria que ha provocado el hundimiento del castillo de naipes económicos de los países PIIGS (despectiva abreviatura anglosajona que englobaría a España, Portugal, Italia, Irlanda y Grecia). La economía de dichos países se ha basado en el último decenio en la conocida “dieta mediterránea” cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, el turismo y el consumo interno y que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa (2008).

De la default a la quiebra en Grecia: La troika que comprenden la UE, el FMI y el BCE llevan tiempo presionando a Grecia con un riguroso programa de privatizaciones debido a su desorbitante Deuda Pública (de 340 mil millones de euros) y ha obligado a todos los partidos políticos para aprobar más medidas de austeridad y reformas que han provocado protestas violentas en las calle, pues  la troika sólo propone la vía de las privatizaciones que serán tuteladas por un organismo de nueva planta profesional e independiente y afectará a ferrocarriles, puertos, aeropuertos, bancos, y compañías de agua y electricidad.

Por otra parte, las reformas estructurales y fiscales para modernizar la Administración pública y la sanidad, mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal  a las circunstancias (rebajar el IVA situado en la actualidad en el 23%,) son principios genéricos que se traducirán en subidas de impuestos, reducción de funcionarios, supresión de organismos públicos, recortes salariales y flexibilidad en el mercado laboral.

Los expertos de la llamada “troika” habrían concluido, según un  documento secreto publicado por la web italiana Linkiesta y recogido por el diario ABC, que “Atenas no sólo no podrá hacer frente a sus obligaciones financieras, sino que, además, sufrirá una “fuerte devaluación interna”, una significativa caída de precios y de salarios en los próximos años“.

Así, según Efecom, se prevé que la deuda pública del país heleno ascenderá hasta el 172,7 % del producto interior bruto (PIB), unos 381.200 millones de euros para el 2012, existiendo el temor de que podría pasar del default (incumplir sus pagos.) a la quiebra y es que, a pesar de que Grecia trata desesperadamente de evitar el impago de su deuda,” cada vez más empresas estadounidenses se preparan para lo que antes era impensable”, según The New York Times.

Se denomina suspensión de pagos o cesación de pagos (en inglés default), a la situación concursal en la cual un empresario o una sociedad  mercantil  se encuentra cuando no puede pagar la totalidad de las deudas que tiene con sus acreedores por  falta de liquidez; y la diferencia con la  quiebra se encuentra en que en la suspensión, el deudor tiene suficientes activos para hacer frente a sus deudas, pero sus activos no son lo suficientemente líquidos, por lo que  la suspensión de pagos es una situación concursal temporal, mientras que la quiebra es definitiva.

Caso de producirse finalmente la salida de Grecia de la Eurozona ,asistiríamos a escenarios de devaluación de su moneda (dracma); alta inflación, galopante tasa de paro y deuda desbocada, radicalización de los otrora aburguesados y sumisos sindicatos de clase, (Confederación General Griega del Trabajo GSEE), ruptura del diálogo social con la patronal, frecuentes estallidos de conflictividad laboral, auge de partidos como el Partido Comunista Griego (KKE) y la aparición mediática de los grupos antiglobalización que utilizando tácticas de guerrilla urbana pondrán en jaque a las fuerzas de seguridad.

Ante esta situación y sin el paraguas protector de la UE, no sería descartable la reedición del golpe de los Coroneles (1967), (que sería un episodio local dentro de un nuevo escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia) y que contaría con el apoyo encubierto de EEUU dentro de su objetivo de anular los esfuerzos de Rusia para fagocitar países europeos. Así, según el diario turco Daily Hürryet que cita al alemán  Bild, “la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, ha advertido que puede haber un golpe militar en Grecia por la creciente ola de malestar social ante los draconianos planes de austeridad impuestos por el gobierno”.

¿Finiquito a la Eurozona?: La exclusión de Grecia de la Eurozona supondría el finiquito de la Eurozona pues el resto de países periféricos (Portugal, España, Irlanda, Malta y Chipre), seguirá inexorablemente el movimiento centrífugo de Grecia y en el 2014 deberán retornar a sus monedas nacionales y sufrir la subsiguiente depreciación de las mismas, regresión a niveles de renta propias de la década de los 70 e inicio del éxodo al medio rural de una población urbana afectada por la asfixia económica, embargo de viviendas e ingreso en las listas del paro, con la consiguiente revitalización de extensas zonas rurales y rejuvenecimiento de su población.

Así, en la cadena Fox News, Peter Morici, economista y profesor de la Universidad de Maryland, dijo que “la necesidad de una unión fiscal en la zona euro y de que el BCE adopte un papel similar al llevado a cabo por la Reserva Federal de EEUU, no llegarán a tiempo para salvar a España” y consideró la posibilidad de que “nuestro país simplemente abandone el euro para poder así imprimir su propio dinero y resolver sus problemas como lo hizo Estados Unidos a raíz de la crisis financiera”.

Por otra parte, el severo retroceso de las exportaciones debido la contracción del consumo interno de la UE por la recesión económica, (los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE alcanzan el 60% del volumen total de su comercio) y a un euro artificialmente revalorizado que encarece los productos europeos y reduce su competitividad frente a los países del resto del mundo, con especial incidencia en países tradicionalmente exportadores como Alemania, Francia, Holanda, Eslovaquia y Finlandia, podría provocar que los países nórdicos abandonaran las estructuras de la Unión Europea y procedieran a la constitución de una Federación Escandinava (integrada por Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia), quedando una vez más los países bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) abandonados a su suerte.

Mención especial merece el caso del Reino Unido en el que convergen una mayor exposición a los activos tóxicos (hipotecas subprime), a los activos inmobiliarios y una libra revalorizada que ha estancado sus exportaciones, por lo que se verá obligado a realizar sucesivas bajadas de tipos de interés, implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria, depreciar repetidamente su moneda para estimular sus exportaciones y a aplicar medidas proteccionistas.

Además, tras retornar al poder los conservadores liderados por David Cameron y fieles a su política euroescéptica (nula voluntad británica de embarcarse en un proyecto en decadencia en el que la soberanía británica estaría supeditada a los mandatos de Bruselas), podrían abandonar la UE y pilotar finalmente la nave capitana de una revitalizada Commonwealth.

Por último, el resto de países no integrados en dicha órbita (países del centro y este de Europa, integrantes de la llamada Europa emergente, incluida Turquía), sufrirán con especial crudeza los efectos de la tormenta económica al no contar con el paraguas protector del euro y se verán obligados a depreciar sucesivamente sus monedas, aumentar espectacularmente su Deudas externa y sufrir alarmantes problemas de liquidez.

Asimismo, deberán retornar a economías autárquicas tras sufrir masivas migraciones interiores, al descartar la CE la modificación de las reglas para la adopción del euro en la Unión Europea y así poder acelerar la adhesión de los Estados miembros del centro y este de Europa y deberán proceder a la reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas centrales nucleares para evitar depender energéticamente de una Rusia que conjugando hábilmente el chantaje energético y la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratosirá fagocitando a la mayoría de estos países abandonados a su suerte por la Unión Europea en aras de asegurarse el abastecimiento energético de gas y petróleo rusos.

 

ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.

http://www.attac.es/2012/09/08/el-final-del-sueno-europeo/

 

Destaparse los ojos

Publicado: septiembre 5, 2012 en OPINIÓN

Miércoles, 5 de septiembre de 2012. Tags: , , ,

Ahora que se ha decidido que «Conga no va» –por el momento–, las opiniones respecto a la contribución de la minería para el desarrollo del país, a la ineficiencia de los gobiernos locales, la mala inversión de estos en el sector salud y educación, no se han hecho esperar.

Vayamos por partes, para poder entender mejor el problema.

La situación actual de la educación en el Perú es un problema multicausal, que se explica por: las actuales políticas educativas; por la baja capacitación de algunos profesores; por las precarias condiciones que el Estado le brinda tanto a los profesores como a los alumnos en zonas rurales o urbano-marginales; entre tantos otros problemas. Por eso, según la Evaluación Censal de Estudiantes 2011 del INEI, en las escuelas multigrado tan solo el 7,6% de los alumnos de segundo de primaria comprende lo que lee. Si tomamos como referencia las escuelas en zonas rurales, el porcentaje se reduce a 5,8. Si pensamos que triplicando las contribuciones de la minería, se podría duplicar el gasto en educación y por lo tanto estar más cerca de ser un país «desarrollado», estamos cayendo inevitablemente en un simplismo algo trasnochado.

Algunas cifras sobre la minería: en el 2010 aportó el 5,25 del PBI nacional; a diciembre del 2011 representa 24% de la Inversión Extranjera Directa (IED) y el 60% de las exportaciones; en el 2011 su participación relativa respecto al total de tributos es de 17,5%, y si nos focalizamos en el Impuesto a la Renta, fue de  33,3%. El total de trabajadores ocupados en minería, tanto de los titulares mineros, como contratistas, representa aproximadamente el 1% de la PEA nacional.

Algunos ven la promoción de la minería responsable como un «atajo» para obtener recursos a fin de alcanzar las inversiones necesarias para invertir en educación e infraestructura, y por lo tanto «romper el círculo vicioso».

Hay más que un indicio de que la minería no ha resultado ser beneficiosa para impulsar el desarrollo en los departamentos con mayor presencia de esta actividad (p.ej. Cajamarca, Ancash, Junín, etc.). De Echave y Torres (2005) realizaron una regresión econométrica donde se apreció que la correlación del PBI minero con variables como el Índice de Desarrollo Humano, la esperanza de vida al nacer, los años promedio de estudio o tasa de alfabetismo es negativa. Esto quiere decir que a mayor preponderancia de la actividad minera, menor era el desarrollo, explicado por las variables mencionadas.

Otro asomo: según el documento «Desnutrición crónica infantil cero en 2016» las regiones mineras encabezan ranking de desnutrición crónica infantil en el Perú. Las regiones con mayor nivel de desnutrición crónica infantil son las mismas: Huancavelica (46,4 por ciento), Cajamarca (29,9 por ciento), Huánuco (28,8 por ciento), Apurímac (31,3 por ciento) y Ayacucho (28,1 por ciento).

Analicemos la resonante «ineficiencia de los gobiernos locales». Hasta agosto del presente año, el gobierno nacional ejecutó solo el 30.9%, los gobiernos locales, el 34.6% y los gobiernos regionales, el 36.5%.  Cuatro ministerios han ejecutado tan solo entre el 20 y 30% de su presupuesto. Vemos entonces que la ineficiencia es un problema nacional, y que empieza por el gobierno central.

Dado que el debate en torno a las industrias extractivas se suele dar alrededor de indicadores económicos, es necesario considerar los costos que ocasionan las actividades mineras en el ambiente. En el estudio de Herrera y Millones (2011) se calculó el costo económico de la contaminación ambiental minera sobre los recursos hídricos para los años 2009-2009, a partir del marco conceptual de la Eficiencia Medioambiental. Los resultados indicaron que dichos costos fueron de US$ 814,7 millones en el 2008, y US$448,8 millones en el 2009.

Queda claro que la minería, si bien es una actividad económica importante considerando algunos indicadores económicos como el porcentaje de exportaciones o la IED, tan solo emplea aproximadamente al 1% de la PEA. Por otro lado, la actividad minera no ha demostrado promover el desarrollo humano en los departamentos donde opera –los resultados indican lo contrario–, y no suele considerar el costo económico de la contaminación ambiental, que no es nada despreciable.

Es necesario que las actividades extractivas se enmarquen en una visión más integral respecto al desarrollo sostenible, con políticas socio-ambientales que prioricen al ser humano, al mismo tiempo que al entorno en el cual este habita, que sabemos, es de vital importancia para el bienestar del mismo.

http://www.coherencia.pe/articulos/destaparse-los-ojos

Sudáfrica y el fantasma mexicano

Publicado: agosto 24, 2012 en OPINIÓN
La revuelta en la mina de Marikana escenifica la rabia contra el poder establecido y revela que el Gobierno del Congreso Nacional Africano está perdiendo el control. La tensión social y el malestar crecen en todo el país
RAQUEL MARÍN

Este fin de semana empiezan a enterrar a los mineros masacrados por la policía sudafricana en la mina de platino de Marikana. Habrá máxima tensión, pero no solo ante el temor de que el saldo de muertos supere la cifra de 44 ya alcanzada desde que las demandas de aumentos de sueldo de los mineros desembocaran hace 10 días en choques violentos. La tensión se extiende a toda Sudáfrica. Marikana no es un conflicto meramente local, no es una trágica aberración. Se ha abierto una caja de Pandora y lo que está en juego es nada menos que el gran e indiscutible logro desde que Nelson Mandela asumió la presidencia en 1994: la paz. Los herederos de Mandela en el Gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA) pierden control y credibilidad; aumenta el riesgo de que las revueltas sociales se extiendan por todo el país.

Cuando pienso en Sudáfrica hoy día pienso en México y en George Orwell. La conexión mexicana, la verdad, se me ocurrió a los pocos meses de que Mandela ganara aquellas primeras elecciones democráticas, acabando con tres siglos y medio de dominación blanca, cuando me pidieron que hiciera de abogado del diablo y escribiera un artículo postulando una visión negativa de lo que podría pasar en la Sudáfrica liberada. Dije que temía que el CNA se acabara convirtiendo en un PRI, o en aquel PRI que en el siglo XX gobernó sin interrupción durante 70 años: es decir, en un partido revolucionario institucional en el que —como delata el nombre— se apela a la retórica progresista de siempre, en defensa de las masas y tal, pero el objetivo principal es perpetuar a una élite en el privilegio y el poder. El mecanismo que creó el PRI para forjar su “dictadura perfecta” —como, con mucho atino, la describió Mario Vargas Llosa— fue una coalición entre el partido dominante, el sindicalismo, el empresariado y otras fuerzas sociales, apoyada por las fuerzas de seguridad.

No me equivoqué. En México se ganó estabilidad a costa de corrupción endémica e injusticia social. En Sudáfrica se ha llegado, después de 18 años, a algo muy parecido. Como en la parábola de Orwell, Rebelión en la granja, los revolucionarios son hoy la imagen y semejanza (salvo en el color de su piel) de los antiguos amos que en su día, y con enorme sacrificio e idealismo, derrocaron. Las terribles escenas que se vieron en televisión la semana pasada de policías abriendo fuego contra mineros armados con machetes, y algunos con pociones que creían que les harían invencibles contra las balas, evocaron la época del apartheid cuando el único instrumento de persuasión que tenía el Gobierno blanco en relación con la mayoría negra era el fusil.

A esto se ha llegado en Sudáfrica. Menos mal que Mandela, a sus 94 años, se entera de poco de lo que ocurre a su alrededor, mucho menos de la realidad política nacional. La revuelta de Marikana, la más dramática de miles que se han visto a lo largo de este año en las localidades pobres negras del país, escenifica la frustración y la rabia de un creciente porcentaje de la población contra el poder establecido. En este caso específico, la frustración de los mineros surgió de la complicidad que detectaron entre la empresa británica dueña de la mina de platino, Lonmin, y el sindicato que toda la vida les había representado, el Sindicato Nacional de Mineros, conocido por sus siglas en inglés, NUM. Se convencieron de que la NUM, el sindicato más grande del país, había dejado de defender sus intereses y ahí nació Amcu, una organización más visceral que coherente, sin plan estratégico o ideología definida, pero que expresa los sentimientos de muchos mineros. Fue contra los mineros nuevamente incorporados a Amcu, en huelga por un aumento de sueldo, contra los que los policías dispararon.

La rabia de los mineros, la que desencadenó los actos violentos que condujeron también a la muerte de dos policías, a machetazos, proviene no solo de la convicción de que reciben sueldos miserables, sino de ver que los jefes sindicalistas viven, relativamente hablando, como reyes. El presidente de la NUM gana 25 veces más al mes que los mineros que se unieron a Amcu. Cuando apareció en la mina de Marikana después de la masacre no pudo salir del coche de policía que lo transportaba, por temor a que lo mataran.

Lo que ha pasado es que tanto la NUM, como otros sindicatos que hace 20 y 30 años estaban en la vanguardia de la lucha contra el apartheid, como el Gobierno del Congreso Nacional Africano con el que están íntimamente aliados, se han aburguesado. Y han perdido el contacto con la gente de a pie, especialmente la mayoría que vive en la pobreza, que tuvieron en los tiempos de la lucha por la liberación. Pertenecen a una clase de animal distinta, depredadora, que se reparte el poder y la riqueza entre sí. El movimiento de personal entre los sindicatos, el CNA e, incluso, el empresariado se ha vuelto fluido. Un personaje lo define. Se llama Cyril Ramaphosa, el fundador de la NUM en 1982, negociador número uno del CNA durante la transición a la democracia a principios de los noventa y ahora un magnate cuya fortuna se mide en cientos de millones de euros.

Ramaphosa, un favorito de Mandela en su día y para muchos el que debería de haberle sustituido cuando dejó la presidencia, es miembro de la junta directiva de Lonmin, considerados (y no solo por Amcu) como unos viles explotadores. Pero Ramaphosa sigue siendo no solo una figura emblemática en la NUM, sino uno de los barones más influyentes del CNA. Como en México en los años de gloria del PRI, las elecciones generales son insignificantes a la hora de determinar la identidad de futuros presidentes y de sus ministros comparado con las elecciones internas en la cúpula del CNA, donde un reducido grupo de políticos, sindicalistas y empresarios negros nuevos ricos centralizan el poder.

La visión macro de todo esto quizá no lo entiendan muchos de los millones de los habitantes de las chabolas de Sudáfrica, donde las cifras de paro son parecidas a las de España (aunque con infinitamente menos apoyo estatal), pero lo ven todos los días en las poblaciones donde viven. Ven que los representantes locales del CNA o de los sindicatos tienen coches nuevos, muchas veces Mercedes Benz, y viven en casas bonitas. Ven que los que ocupan puestos políticos en los municipios se ocupan más de enriquecerse, muchas veces de manera corrupta, que de servir a la gente, de proveer luz, agua, educación y sanidad decente para los que les han votado. Ven, en resumen, que con demasiada frecuencia la gente se incorpora hoy al CNA y a sus organizaciones aliadas no para construir un mundo más justo, sino para avanzar sus propios intereses.

Aguantarían la pobreza con resignación y paciencia, quizá, si no vieran que en la Nueva Sudáfrica, como en Rebelión en la granja, algunos animales son más iguales que otros. Pero sí lo están viendo, en toda su indisimulada obscenidad, y por eso en Marikana la olla de presión estalló, por eso en las minas vecinas el poder de Amcu crece, por eso en diferentes partes del país, incluso en la bella y turística Ciudad del Cabo, 1.500 kilómetros al sur de Marikana, se oye un alarmante runrún, se huele revuelta, entre los marginados.

¿Hay solución? Sí. Primero que el CNA tenga la astucia política necesaria para cooptar a los que se empiezan a rebelar, que reconecte con la gente, que utilice las palabras, no las balas, para persuadir. Segundo —y sin esto lo primero servirá solo como solución cosmética—, el CNA tiene que volver a principios básicos, tiene que recordar que, como dijo Mandela cuando salió de la cárcel, sus representantes son “sirvientes del pueblo”. Lo de Marikana ha sido como un infarto al que uno sobrevive, pero que deja un claro mensaje: o se cambia radicalmente de hábitos de vida o las consecuencias serán catastróficas. La cuestión ahora en Sudáfrica es si la coalición dominante es capaz de cambiar los malos hábitos adquiridos tras 18 años en el poder, o si la corrupción moral les ha contaminado, de manera irrecuperable, el alma.

http://elpais.com/elpais/2012/08/23/opinion/1345736529_932157.html

By COLIN A. CARTER and HENRY I. MILLER
Published: July 30, 2012
IT is not often that a stroke of a pen can quickly undo the ravages of nature, but federal regulators now have an opportunity to do just that. Americans’ food budgets will be hit hard by the ongoing Midwestern drought, the worst since 1956. Food bills will rise and many farmers will go bust.

For Op-Ed, follow @nytopinion and to hear from the editorial page editor, Andrew Rosenthal, follow @andyrNYT.

An act of God, right? Well, the drought itself may be, but a human remedy for some of the fallout is at hand — if only the federal authorities would act. By suspending renewable-fuel standards that were unwise from the start, the Environmental Protection Agency could divert vast amounts of corn from inefficient ethanol production back into the food chain, where market forces and common sense dictate it should go.

The drought has now parched about 60 percent of the contiguous 48 states. As a result, global food prices are rising steeply. Corn futures prices on the Chicago exchange have risen about 60 percent since mid-June, hitting record levels, and other grains such as wheat and soybeans are also sharply higher. Livestock and dairy product prices will inevitably follow.

More than one-third of our corn crop is used to feed livestock. Another 13 percent is exported, much of it to feed livestock as well. Another 40 percent is used to produce ethanol. The remainder goes toward food and beverage production.

Previous droughts in the Midwest (most recently in 1988) also resulted in higher food prices, but misguided energy policies are magnifying the effects of the current one. Federal renewable-fuel standards require the blending of 13.2 billion gallons of corn ethanol with gasoline this year. This will require 4.7 billion bushels of corn, 40 percent of this year’s crop.

Other countries seem to have a better grasp of market forces and common sense. Brazil, another large ethanol producer, uses sugar instead of corn to make ethanol. It has flexible policies that allow the market to determine whether sugar should be sold on the sugar market or be converted to fuel. Our government could learn from the Brazilian approach and direct the E.P.A. to waive a portion of the renewable-fuel standards, thereby directing corn back to the marketplace. Under the law, the E.P.A. would first have to determine that the program was causing economic harm. That’s a no-brainer, given the effects of sharply higher grain prices that are already rippling through the economy.

The price of corn is a critical variable in the world food equation, and food markets are on edge because American corn supplies are plummeting. The combination of the drought and American ethanol policy will lead in many parts of the world to widespread inflation, more hunger, less food security, slower economic growth and political instability, especially in poor countries.

If the E.P.A. were to waive the rules for this year and next, the ethanol industry and corn farmers, who have experienced a years-long windfall, would lose out. Wheat and soybean farmers would also lose, because the prices of those crops have also been driven up: corn competes with soybeans for acreage and is substituted for wheat in some feed rations.

Any defense of the ethanol policy rests on fallacies, primarily these: that ethanol produced from corn makes the United States less dependent on fossil fuels; that ethanol lowers the price of gasoline; that an increase in the percentage of ethanol blended into gasoline increases the overall supply of gasoline; and that ethanol is environmentally friendly and lowers global carbon dioxide emissions.

The ethanol lobby promotes these claims, and many politicians seem intoxicated by them. Corn is indeed a renewable resource, but it has a far lower yield relative to the energy used to produce it than either biodiesel (such as soybean oil) or ethanol from other plants. Ethanol yields about 30 percent less energy per gallon than gasoline, so mileage drops off significantly. Finally, adding ethanol actually raises the price of blended fuel because it is more expensive to transport and handle than gasoline.

As the summer drags on, the drought is only worsening. Last week the International Grains Council lowered its estimate of this year’s American corn harvest to 11.8 billion bushels from 13.8 billion. Reducing the renewable-fuel standard by a mere 20 percent — equivalent to about a billion bushels of corn — would offset nearly half of the expected crop loss due to the drought.

All it would take is the stroke of a pen — and, of course, the savvy and the will to do the right thing.

Colin A. Carter is a professor of agricultural and resource economics at the University of California, Davis. Henry I. Miller, a physician, is a fellow in scientific philosophy and public policy at the Hoover Institution.

Entrevista al escritor uruguayo, Eduardo Galeano

“Este es un mundo violento y mentiroso pero no podemos perder la esperanza y el entusiasmo por cambiarlo”, asegura el escritor

El escritor uruguayo, historiador literario de su continente a través de obras como “Las venas abiertas de América Latina” y la trilogía “Memorias del Fuego”, habló con BBC Mundo sobre los últimos acontecimientos de América Latina y la crisis capitalista mundial.

Desde su mesa de siempre en el céntrico Café Brasilero, dejando tras el ventanal el frío del invierno austral, insiste en que “la grandeza humana está en las cosas chiquitas, que se hace cotidianamente, día a día, la que hacen los anónimos sin saber que la hacen”.

Por eso, alterna las respuestas con episodios de su último libro, “Los hijos de los días”, en el que agrupa 366 historias reales, una para cada día del año, que contienen más verdad que hablar de la prima de riesgo.

La crisis europea se está manejando por los líderes políticos desde un discurso de sacrificio de la población.

Es igual al discurso de los oficiales cuando mandan a los reclutas a morir, con menos olor a pólvora pero no menos violento.

Esto es un plan sistemático a nivel mundial para arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras, para que la humanidad retroceda en nombre de la recuperación nacional.

Este es un mundo organizado y especializado en el exterminio del prójimo.

Y luego vienen a condenar la violencia del pobre, la de los muertos de hambre; la otra se aplaude, merece condecoraciones.

¿Se está presentando la ‘austeridad’ como única salida?

¿De quiénes? Si los banqueros que produjeron este desastre fueron y siguen siendo los principales asaltantes de bancos y son recompensados con millones de euros que les pagan como indemnización…

Es un mundo muy mentiroso y muy violento. Lo de la austeridad es un viejo discurso en América Latina. Asistimos a una obra de teatro que fue estrenada acá y que ya conocemos.

Sabemos todo: las fórmulas, las recetas mágicas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial…

¿Considera que el empobrecimiento de la población es más violento?

Si la lucha contra el terrorismo fuera verdadera y no una coartada para otros fines, tendríamos que empapelar el mundo con carteles que dijeran ‘se buscan a los secuestradores de países, a los exterminadores de salarios, a los asesinos de empleo, a los traficantes del miedo’, que son los más peligrosos porque te condenan a la parálisis.

Este es un mundo que te doméstica para que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una promesa.

Es alguien que te va a hacer daño y para eso hay que defenderse.

Así se justifica la industria militar, nombre poético de la industria criminal.

Eso es un ejemplo clarísimo de violencia.

Pasando a la política latinoamericana, México continúa en las calles protestando por los resultados oficiales de las elecciones…

La diferencia de votos no fue tan grande y quizás sea difícil de demostrar que hubo fraude.

Sin embargo, hay otro fraude más profundo, más fino y que es el más dañino a la democracia: el que cometen los políticos que desde el llano prometen todo lo contrario de lo que después hacen desde el poder. Así están actuando contra la fe en la democracia de nuevas generaciones.

Respecto a la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, ¿se puede hablar de golpe de Estado si se ha basado en las leyes del país?

Por supuesto que el de Paraguay es lisa y llanamente un golpe de Estado.

Han golpeado el gobierno del ‘cura progre’ no por lo que hubiera hecho sino por lo que podía hacer.

No había hecho gran cosa pero como se proponía una reforma agraria en un país que tiene el grado de concentración de poder de la tierra más alto de toda América Latina, y en consecuencia la desigualdad más injusta, había tenido algunas actitudes de dignidad nacional contra algunas empresas internacionales todopoderosas como Monsantos y prohibido el ingreso de algunas semillas transgénicas…

Fue un golpe de Estado preventivo, por si acaso, no por lo que eres sino por lo que puedes llegar a hacer.

¿Le sorprende que sigan dándose estas situaciones?

El mundo actual es muy sorprendente.

La mayoría de los países europeos que parecía que estaban vacunados de los golpes de Estado son ahora gobiernos gobernados a manos de tecnócratas designados a dedo por Goldman & Sachs y otras grandes empresas financieras que no han sido votadas por nadie.

Hasta el lenguaje lo refleja: los países, que se supone que son soberanos e independientes, tienen que hacer bien sus deberes como si fueran niños con tendencia a la mala conducta y los maestros son los tecnócratas que vienen a tirarte de las orejas.

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/07/120723_eduardo_galeano_crisis_mz.shtml

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=153519

La doble negación del desastre

Publicado: junio 6, 2012 en OPINIÓN
Contra ejemplaridad, ocultación; contra el miedo, vaguedades voluntaristas; contra el deterioro social e institucional, silencio

El pasado viernes, en las Jornadas de Sitges del Círculo de Economía, Carmen Reinhart insistía en su tesis sobre la dificultad de los que toman decisiones de ser conscientes de la magnitud de los problemas, sobre la tendencia a engañarse negando las lecciones del pasado con el argumento de que esta vez es distinto, sobre el pánico a reconocer la realidad. Esta actitud, decía la economista, viene a formar parte del problema: ¿cómo se puede resolver algo que se niega? Al día siguiente, apareció en el escenario Mariano Rajoy. Y como si se tratara de una demostración empírica de los argumentos de Reinhart, empezó su discurso diciendo que “España no está al borde de ningún precipicio”, que solo estamos pasando serias turbulencias y que la economía española es suficiente para salir del trance por sí sola. El presidente distinguió entre “las dificultades y los ecos”, cargando contra los que alimentan los temores con argumentos próximos a la irracionalidad, olvidando, por supuesto, que él ha sido durante mucho tiempo el más constante de los agoreros.

El presidente recurre al mecanismo psicológico de la negación precisamente en el momento en que el Gobierno ha perdido por completo el control de la situación. En la oposición jugó la carta del dramatismo para desgastar al Gobierno. Y cuando llegó al poder insistió en la estrategia de choque para mantener atemorizada a la población. Cuando se ha puesto de manifiesto que la estrategia de resistir, esperando que el tiempo amaine, no lleva a ninguna parte; cuando la inoperancia del Gobierno ha empezado a ser objeto de sarcasmo en la prensa internacional, y cuando Bankia ha acabado para siempre con la coartada de que la culpa de todo era de los socialistas, el presidente del Gobierno ha vuelto a la negación. Por mucho que se nieguen, los problemas hacen su camino, y es un grave error, como dice la propia Reinhart, no saber distinguir entre la solución y tirar la pelota hacia adelante. ¿Salvar a España o salvar el cargo? Habría razones para pensar que la negación de Rajoy es estrictamente táctica, que simplemente es la reacción psicológica ante la posibilidad de una intervención que podría convertirle en el presidente más efímero de la democracia. En su partido, tan monolítico cuando las cosas van de cara, ya hay ruido de nombres para un hipotético recambio.

Pero lo más preocupante no es tanto la negación de la gravedad de la situación económica como el silencio absoluto sobre la crisis de la democracia española, con las principales instituciones seriamente deterioradas y con una crisis de confianza agravada por la ruptura del pacto social por parte de un Gobierno que se niega a dar explicaciones y a pedir responsabilidades por el caso Bankia. ¿Cuál es el objetivo estratégico del presidente del Gobierno? Regresar, Dios sabe cuándo, “a la inversión y el crecimiento”. Sobre la regeneración de la democracia, la recuperación de la cohesión social, la redefinición de un modelo de responsabilidades compartidas, ni una palabra. Al contrario, la crisis como gran coartada para aplazar cualquier otro debate, cualquiera de las reformas absolutamente necesarias para mantener un clima social aceptable en una sociedad que no puede volver a la irresponsabilidad de las élites de las décadas pasadas.

Desde la política, se elogia estos días la responsabilidad de los ciudadanos, que asumen con resignación, miedo y silencio unas medidas improvisadas y escasamente debatidas y explicadas, que están minando horrorosamente su calidad de vida. Primero, no estoy tan seguro de que la resignación sea tal. El malestar es muy grande, la desconfianza con las élites no para de crecer. Cuándo y dónde la irritación puede alcanzar un punto de fusión que se traduzca en hechos es difícil de saber. Segundo, si fuera resignación, no estoy convencido de que sea motivo de satisfacción. La democracia está contraindicada con la indiferencia. Si esta se instala, la democracia desaparece.

Contra ejemplaridad, ocultación; contra el miedo, vaguedades voluntaristas; contra el deterioro social e institucional, silencio. Pacto fiscal, crisis del Estado autonómico, desprestigio del poder judicial y otras instituciones del Estado, y sobre todo los devastadores efectos sociales, culturales y morales del caso Bankia, no despiertan el interés del presidente. Estar al mando de un país requiere como proyecto algo más que salir del atolladero económico. No solo de dinero vive una sociedad. Creer que el dinero lo es todo está en el origen del desastre que vivimos. Para salir de él hay que saber valorar todo lo importante.

Por: Autor invitado | 02 de junio de 2012

Los autores, Niels Keijzer y Andrew Sherriff, pertenecen al European Centre for Development Policy Management (ECDPM). Puedes leer otras entradas suyas (en inglés) en el blog del ECDPM , y además os recomendamos el espléndido boletín que publican semanalmente.

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Refugiada maliense en Níger. Foto: © UNHCR/H.Caux

A pesar de los recomprometidos compromisos de destinar a la ayuda el 0,7% de la Renta Nacional Bruta, los presupuestos de AOD descienden en toda Europa, con algunos ejemplos extremos como España. Pero la pregunta pertinente en este mundo que cambia tan deprisa es hasta qué punto la AOD continúa siendo el factor más importante para los países en vías de desarrollo. ¿Hay algo más que Europa pueda hacer?

Considerando que desde 2005 los países europeos se comprometieron a alcanzar el objetivo del 0,7%, algunos ven en estos descensos un descuido premeditado que debilita la credibilidad de Europa. Otros se remontan más atrás y recuerdan que el compromiso del 0,7% ya fue definido en los años 70 y permanece inalterado desde entonces, aunque el concepto de la AOD se ha ido ampliando sustancialmente. Aunque un pequeño grupo de países frenan esta tendencia, es inevitable que la austeridad en el gasto público ponga presión sobre los presupuestos de la ayuda. Algunos países querrían ver esa austeridad reflejada en los presupuestos de la UE para 2014-2020, lo que, de acuerdo a nuestras estimaciones, supondría miles de millones de euros menos para el desarrollo. España no está entre quienes piden recortes duros de los presupuestos de la UE, pero sí ha pedido que América Latina reciba un porcentaje mayor de los presupuestos de AOD de la Unión. El Reino Unido está incrementando su presupuesto nacional de AOD, pero, a diferencia de lo que prometió, no ha trasladado el compromiso del 0,7% a una ley. La caída del Gobierno holandés tras la propuesta de un plan de austeridad ha escondido el hecho de que este país se ha convertido en el primero de la historia en superar el objetivo del 0,7% y después dar marcha atrás, aunque es posible que este debate continúe tras las elecciones de septiembre de este año.

De modo que, si el péndulo se vuelve contra la austeridad, existe una posibilidad de que los presupuestos de la AOD retornen a los niveles anteriores, aunque nada garantiza que los gobiernos y la población europea pongan la ayuda entre los primeros asuntos en los que gastarse el dinero. Más aún, se abrirá una discusión sobre la relevancia de la AOD a la hora de financiar el desarrollo tras 2015, cuando se cumple la fecha límite de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Para algunos, la ayuda ha sido siempre un asunto menor. Los países europeos y la UE siempre han tenido la oportunidad de hacer más por los países pobres cambiando sus propias políticas en materia de agricultura, pesca, comercio y migraciones, de modo que contribuyesen al desarrollo más allá de nuestras fronteras. Esta idea, conocida como “coherencia de políticas”, es muy relevante y ha sido objeto de discusiones en la UE, la OCDE o la ONU. Pero el progreso ha sido escaso y el entusiasmo de los níveles políticos más altos, insuficiente. Aunque de cuando en cuando se producen avances en la reforma de algunas políticas, muchos esperarían que casi dos décadas de discusiones sobre coherencia de políticas para el desarrollo diesen resultados más concretos. Por ejemplo, unos 12 de millones de hectáreas de tierra fuera de la UE pueden ser atribuidas la producción ganadera europea, y dos tercios del pescado que se consume en Europa es importado: todo ello complica los esfuerzos de los países pobres por garantizar una gestión sostenible de sus recursos naturales.

Un segundo asunto que está recibiendo una atención creciente (tanto en el Norte como en el Sur) es cómo generar recursos para el desarrollo en los propios países pobres. La “movilización de recursos domésticos” se ha convertido en uno de los nuevos símbolos de la comunidad del desarrollo. Algunos ven en él una evolución natural, mientras que otros recelan del modo en el que podría desviar la atención sobre los menguantes presupuestos de AOD. Naturalmente, los recursos domésticos (generados en buena medida a través de impuestos) siempre han tenido una importancia mayor que la ayuda para el desarrollo; así que la pregunta es qué puede hacer la comunidad internacional para asegurar que no obstaculiza la “movilización de recursos domésticos”. De hecho, cada vez se mira con más atención el papel de la UE y otros países ricos en la promoción de paraísos fiscales o el comportamiento de sus empresas multinacionales (de petróleo, gas o minerales) en los países en desarrollo. Lamentablemente, los recientes debates políticos en Bruselas y algunos países miembros muestran que la UE se resiste a mover ficha en primer lugar. Europa teme que su competitividad se vea reducida si otros importantes bloques económicos fuesen menos ambiciosos a la hora de promover inversiones más justas y transparentes en los países en desarrollo.

A pesar de la presión por ofrecer resultados rápidos e historias de éxito, no hay balas de plata en el desarrollo. Pese a todo, pareciera que una mayor coherencia política con el desarrollo y una mejor movilización de recursos domésticos podría ofrecer algo a las poblaciones más pobres del mundo. Pero esto no debe ser una excusa para recortar una ayuda que ha demostrado que puede funcionar y que de hecho puede jugar un papel catalizador cuando otras políticas y recursos domésticos ofrecen un entorno más proclive al desarrollo.

En su primer año y medio en el poder Rousseff ha seguido las líneas de la diplomacia de Lula, basadas en la búsqueda de una mayor cooperación Sur-Sur, pero marcando su propio estilo, más pragmático y reservado, que no ha gustado a algunos vecinos. La presidenta, a diferencia de Lula, no es muy fan de los discursos, de las visitas oficiales ni de los abrazos con sus homólogos latinoamericanos. Con ella ha bajado el ritmo de la agenda de viajes al exterior (si se sumaran todos los viajes que Lula hizo, hubiera pasado en el extranjero casi un año de los ocho que duró su mandato). Por citar algunos ejemplos, Rousseff no ha participado en los dos últimos Foros Económicos Mundiales de Davos a diferencia de Lula quien no se perdió ni un encuentro. Quizá Rousseff ya no necesite mostrar al mundo de las finanzas y de las grandes empresas mundiales que Brasil ha cambiado en materia económica. Otra ausencia notable tuvo lugar en la Cumbre Iberoamericana del pasado octubre, gesto que Paraguay, país anfitrión, recibió como un menosprecio sobre todo viniendo de uno de sus socios en el Mercado Común del Sur (Mercosur).

La pugna por el liderazgo en América Latina

Venezuela:

La Presidenta brasileña ha  puesto fin a los encuentros trimestrales que mantenía su antecesor con el presidente venezolano Hugo Chávez. Uno de sus pocos encuentros tuvo lugar con ocasión de la cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), proyecto impulsado por Caracas que aspira a una mayor y mejor integración independiente de América Latina y el Caribe, y al que Brasil se ha sumado sin reparos, pero sin entusiasmo. Bajo el mandato de Chávez también surgió la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el proyecto de integración que persigue la consecución de un bloque de poder suramericano. Estos proyectos políticos con los que Chávez gana influencia,  compiten, por ejemplo, con el proyecto brasileño Unión de Naciones Suramericanas, Unasur. Se trata de un combate desigual al que Chávez llega con sus petrodólares pero con una política exterior polarizante, mientras que Brasil cuenta con apoyo y reconocimiento internacional, aunque con las dificultades que supone no querer invertir en el liderazgo regional.

El trato amistoso y personal que Lula tenía con el eje bolivariano deja paso al pragmatismo;  Bolivia y Ecuador no sólo no han encontrado hueco en la agenda de Rousseff sino que, además, han perdido también un canal directo de comunicación con el gobierno brasileño ya que Dilma ha prescindido de la figura de Ministro de Exteriores con los vecinos latinoamericanos que existía en el anterior gobierno.

Argentina:

Aunque tradicionalmente el rival de Brasil en la región ha sido Argentina,  su peso se vio reducido desde la crisis financiera que sufrió a principios de la década del 2000. Durante los años noventa y principios de 2000 ni Buenos Aires ni Brasilia coincidieron en sus respectivas estrategias económicas; Brasil tenía un proyecto de liderazgo regional, mientras que Argentina priorizó su inserción en el mercado de capitales (de la mano de Estados Unidos). El cambio vino con la llegada al poder de Néstor Kirchner (2003-2007), que, junto con Lula y su objetivo de reforzar el Mercosur, permitió que Argentina ganara peso estratégico para Brasil y ambos convinieron en que Mercosur sería el eje de todas las negociaciones. Sin embargo, desde Argentina se percibía (y se percibe) que Brasil utilizaba al Mercosur como plataforma de poder y como instrumento de su política mundial ya que ha llevado a cabo iniciativas independientes que han ocasionado tensiones comerciales. Una percepción similar tienen los argentinos respecto a Unasur.

Parece que la tendencia que se instala en el Brasil de Dilma pasa por la integración regional, pero reafirmando un lugar preponderante (y merecido) de Brasil conforme al tamaño de su economía, de su población y de sus aspiraciones. Es, en esta línea, por lo que se espera que el gigante amazónico retome la política de rearme y modernización de las Fuerzas Armadas que experimentó un parón derivado de la crisis económica y financiera actual. Esta acumulación de poder militar, las actuaciones individuales y el hecho de ser una de las mayores economías del Cono Sur (con un crecimiento del PIB de un 7,5 % en 2010 aunque de un 2,7 % en 2011) están en la base de la preocupación de sus vecinos y genera dudas en cuanto a su disposición a pagar los costes de la integración económica.

Brasil: actor geopolítico

En la ONU:

Este año será decisivo para la diplomacia brasileña, ya que el país será anfitrión de la cumbre de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible Río+20. Rousseff presentará a un Brasil en posición de liderazgo regional y con aspiraciones de afianzarse como uno de los principales actores internacionales con legítimo derecho a un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esta aspiración brasileña, que empezó con Cardoso y que continuó con Lula y ahora con Dilma Rouseff, ha generado recelos y desconfianzas entre sus vecinos; provocando, por ejemplo, que el gobierno argentino reaccionara duramente calificando de “elitista y poco democrática” la posición brasileña de incorporar nuevos miembros permanentes. Cabe recordar que en 2005 Brasil rechazó la alternativa de la rotación propuesta por Argentina y México y declaró que “en el Consejo los países asumen posiciones nacionales por las que deben responder”. Todavía hoy estos países piensan que “ningún país debe pensar que merece el derecho eterno a pertenecer al Consejo de Seguridad”.

En el G20, la OMC, los BRIC y el foro trilateral IBSA:

Los éxitos que ha cosechado el G-20 y Brasil en la Organización Mundial del Comercio (OMC) colocan a éste en una posición más favorable en el plano internacional. Sin embargo, alguna de sus actuaciones en estos marcos ha generado controversias dentro de Suramérica, como la disputa por la Secretaría General de la OMC en 2005 entre Brasil y Uruguay o cuando, en la Ronda de Doha, las siete potencias comerciales (Estados Unidos, UE, Japón, China, India, Brasil y Australia) excluyeron a los demás de la fase final de negociación, gesto que molestó especialmente a Argentina.

Brasil se desmarca de nuevo de la región al formar parte de los BRIC (por la siglas de los países que lo forman: Brasil, Rusia, India y China; y que conjuntamente acumulan el 20 % del PIB mundial, controlan el 25 % del territorio, concentran al 40 % de la población y representan casi el 30 % del comercio mundial) y del Foro Trilateral IBSA, formado por India, Brasil y Sudáfrica y creado en 2003 con el objetivo de promover la cooperación en comercio, inversión y diplomacia económica entre sus miembros.

Acercamiento a EEUU y China/Distanciamiento de Irán:

Siguiendo en la misma línea se podrían inscribir los nuevos acercamientos para mejorar las relaciones diplomáticas y económicas  con Estados Unidos y China, dos de las potencias más reticentes a las reformas en la ONU y, a la vez, los mayores socios comerciales de Brasil (las exportaciones brasileñas a China se han cuadruplicado desde 2007 y el gigante asiático se ha convertido en el mayor cliente y en uno de los principales inversores en el país). Además, y dado que la relación entre Lula y Obama no fue especialmente buena, Dilma ha querido dar un guiño a Washington al nombrar como Ministro de Exteriores a Antonio Patriota, anterior embajador en Estados Unidos. Rousseff se distanció de Irán, en un viraje diplomático respecto a la política de su predecesor y “amigo” de Ahmadineyad en plena crisis diplomática con los países occidentales a causa de su programa nuclear, lo que puede interpretarse como otro guiño a Obama.

¿Sufre Brasil doble personalidad?

En referencia a las limitaciones regionales, aunque el gobierno argentino no demuestra entusiasmo por el proyecto brasileño y en ocasiones trata de impedir el consolidación del desequilibrio bilateral, Argentina abandonó sus aspiraciones de líder internacional y deja la competición regional a Chávez, quien, a causa de su estado actual y de su discurso “extremista”, no tiene por qué suponer un límite al liderazgo regional y global de Brasil.

Las dificultades que atraviesa la integración regional en Suramérica tienen, entre otros ingredientes, falta de mecanismos en la coordinación productiva y arbitrariedad en la aplicación de las normas comerciales. Todo ello salteado con una fuertes dosis de nacionalismo y una concepción tradicional de la soberanía, donde la reticencia por parte de las naciones a cualquier cesión de soberanía en aras de algún ordenamiento jurídico supranacional rige en los procesos de integración.

Brasil apuesta por el multilateralismo creando coaliciones y teniendo una posición proactiva en las instituciones internacionales, lo que ha empujado a algunos vecinos a dudar de sus deseos “hegemónicos”. Esta por ver si estas aspiraciones ayudarán a romper el equilibrio que Lula se había empeñado en construir con el resto de países del Cono Sur.

http://www.unitedexplanations.org/2012/06/01/brasil-incomoda-a-sus-vecinos-las-complejidades-de-querer-ser-lider/

Por: EL PAÍS | 28 de mayo de 2012

Autora invitada: Mercedes Ruíz-Giménez (*)

Cuando caminas por ciertas calles de LuandaAccra o Maputo, no es difícil toparse con comodidades propias de los países más adelantados. El espejismo, sin embargo, dura poco. A pocos minutos de esas zonas, inmensas barriadas de chabolas muestran la realidad de la mayoría de la población. La riqueza existe, pero sólo para unos pocos.

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Escena en Accra (Ghana) donde riqueza y pobreza conviven en cada esquina. Foto de L.H.M.

La cifra media de crecimiento económico anual en África asciende a un 6,5%; un dato que, en un contexto de recesión mundial, sitúa al continente en un puesto privilegiado. Tales cifras, sin embargo, no dejan ver el bosque en un continente donde más del 40% de menores de cinco años sufre desnutrición. Los últimos informes que analizan el desarrollo del continente dejan atrás el pesimismo de las últimas décadas pero ponen el dedo en la llaga al denunciar que, a pesar del crecimiento, el gran reto del continente es que esa riqueza se reparta.

 

Los gobiernos deben convertir las ganancias en oportunidades para toda la población; se trata, como tanto se repite últimamente en nuestras calles, de socializar los beneficios y no las pérdidas. Es el momento de la justicia distributiva. Este sistema ha demostrado que no puede sostenerse y que debemos optar por modelos alternativos que garanticen los derechos humanos de las personas y el respeto a la naturaleza en cualquier lugar del planeta. El crecimiento ilimitado no es viable.

Por otra parte, en un mundo absolutamente interconectado como el actual, deberíamos preguntarnos cuáles son las causas que hacen que la hambruna aceche a casi 20 millones de personas en África –casi la mitad de la población española, por cierto. Por supuesto, la sequía en la zona y diversos y complejos conflictos contribuyen a la gravedad de la situación; pero no debemos olvidar otros factores que, sin duda, son determinantes. Empresas europeas y asiáticas están esquilmando los bancos de pesca africanos; la explotación de recursos naturales como el oro, los diamantes, el petróleo o el coltán generan enormes impactos en el medio ambiente y, en muchos casos, graves  conflictos en la zona. Capitales extranjeros han comprado casi 50 millones de hectáreas de tierras –el equivalente a la mitad de las tierras agrícolas de los 27 países de la UE- para producir alimentos que se envían a otras zonas del planeta o incluso para producir agrocombustibles para los coches europeos.

Las responsabilidades globales son ineludibles. No podemos mirar hacia otro lado. La enorme reducción de fondos para la cooperación que ha realizado el gobierno español tiene graves consecuencias sobre millones de personas, como también lo tienen las políticas comerciales que imponen reglas profundamente injustas para África. Durante décadas, las políticas económicas y comerciales promovidas por los organismos internacionales han tenido consecuencias negativas sobre la calidad de vida de las personas africanas. Además de “echarles una mano” deberíamos quitársela de encima. Las políticas públicas de cooperación  -que no son una dádiva en tiempos de bonanza económica, si no un imperativo ético y político que deber ser cumplido- han de ir acompañadas de otro tipo de políticas que las complementen.

Hace ya mucho tiempo que se demostró que el crecimiento económico per se no deriva necesariamente en el desarrollo de las personas. Sin políticas que distribuyan la riqueza y garanticen servicios públicos, ni siquiera un índice de crecimiento del 6,5% acabará con la pobreza de la mayoría de la población; más bien todo lo contrario: aumentará las desigualdades entre mujeres y hombres, entre unos grupos sociales y otros.

Afortunadamente, África vive un momento de esperanza de la mano de sus ciudadanos y ciudadanas. La Primavera Árabe en el norte del continente, movimientos sociales como los vividos en Nigeria, Malawi o Senegal demuestran que los pueblos africanos cuentan con alternativas y propuestas sociales muy exitosas a favor del desarrollo de las personas. Propuestas que forman parte de la historia y la idiosincrasia africana y que actualmente se unen, en una red mundial interconectada, a las que en miles de rincones del mundo demandan políticas distributivas que garanticen la justicia social. Ese sí, es un gran milagro.

http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2012/05/la-cara-y-la-cruz-del-milagro-africano.html

Máscaras mexicanas*

Publicado: May 18, 2012 en OPINIÓN

Por: Omar Taupier

La violencia no necesita mostrarse caminando de la mano con la muerte. Esta premisa puede pasar desapercibida en un país donde el conflicto interno se cobra miles de vidas al año, y en el que, en muchas ocasiones, quitar la vida es un mero trámite, pues la esencia de su violencia no es la muerte, es la crueldad. En México la muerte no tiene dónde ocultarse, pero siempre sale a pasear con la máscara de la violencia puesta.

Hace unas semanas apareció una foto de esas que se quedan en la retina, pues uno piensa que ha sido tomada a inicios del siglo XX y se resiste a ver en ella el lado más perverso del “civilizado” presente. México era nuevamente protagonista de la violenta imagen: nueve personas colgaban de un puente con una soga atada al cuello, inertes, luego de haber sido torturados por “Los Zetas”, una de las bandas narcoterroristas más violentas que existen. De la anterior ola de secuestros que afectó fuertemente a la sociedad mexicana en décadas anteriores se ha pasado a una afrenta directa entre el narcoterrorismo y el Estado, en el que el primero parece seguir siendo el ganador.

¿Pero es este acaso el único indicio de violencia que se puede ver en México? Un país que, a pesar de seguir gozando de una economía saludable, desconfía de todo, pues en las calles solo ha encontrado muerte; en los medios, vergüenza; y en sus políticos, corrupción; habla de síntomas de un país, por lo menos, agobiado.

A inicio de semana las noticias sobre el debate presidencial solamente hablaban de una mujer, y no era Josefina Vázquez, la primera mujer que candidatea a la presidencia mexicana por el Partido Acción Nacional (PAN), sino Julia Orayen, que con solo quince segundos de proporciones arrasó con dos horas de “propuestas”, convirtiéndose en la “ganadora” indiscutible del debate. “Yo solo llevaba la urna”, dijo Orayen, pero para los ojos de los enloquecidos televidentes e instantáneos twitteros la única urna era ella.

Octavio Paz, sobre el lenguaje popular en México, mencionaba que “el mexicano puede doblarse, humillarse, “agacharse”, pero no “rajarse”, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. El “rajado” es de poco fiar, un traidor o un hombre de dudosa fidelidad, que cuenta los secretos y es incapaz de afrontar los peligros como se debe. Las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse, se abren. Su inferioridad es constitucional y radica en su sexo, en su “rajada”, herida que jamás cicatriza”. En un país marcadamente machista la forma más sutil de sabotear a la mujer candidata solo podía ser a través de otra mujer.

Días previos, TV Azteca, uno de los dos conglomerados mediáticos más importantes de México, se negó a transmitir el debate presidencial,  pues afirmaba que no le daba rating y que prefería mostrar un partido de fútbol del torneo local. Nada obliga legalmente a TV Azteca a transmitir el debate, pues dicha decisión recae en el estado de ánimo del presidente del Grupo, Ricardo Salinas Pliego, quien se manifestó a través de Twitter: “si quieren debate véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los Ratings el día siguiente”. La corrupción entre los “políticos” – o los profesionales de los negocios públicos, como les llamaba Paz- tiene a un aliado poderoso en los empresarios de medios de comunicación cuyo único compromiso es con el rating.

La peor parte de todas estas formas de violencia -que a veces no son otra cosa que el preludio a la muerte- siguen recayendo en el mexicano medio, la mujer mexicana estereotipada y violentada, el periodista asesinado, y el mexicano medio acostumbrado a la cultura “TV Azteca”. El ciudadano, como siempre, lleva la peor parte, pues en los medios se salta del debate al “debate sobre el debate”, en el que las curvas y el fútbol cobran más sentido que las propuestas que afectarán las vidas de millones de mexicanos.

http://www.coherencia.pe/conv/mascaras-mexicanas